domingo, 7 de abril de 2013

PUNCIÓN LUMBAR


 

Entre las técnicas que se realizan en Urgencias está la punción lumbar, que es un procedimiento de diagnóstico y/o tratamiento realizado por un médico ayudado por enfermero o enfermera.

El procedimiento consiste en introducir una aguja hueca en el espacio subaracnoideo del área lumbar (parte inferior) de la columna vertebral. El espacio subaracnoideo es el canal de la columna vertebral que transporta el líquido cefalorraquídeo (LCR) entre el cerebro y la médula espinal.

 


El LCR es el líquido que baña el cerebro y la médula espinal y protege a ambos de lesiones exteriores gracias a su acción amortiguadora. El líquido se produce y se reabsorbe en el cerebro de forma continua. Está compuesto por células, agua, proteína, azúcares y otras sustancias vitales que son esenciales para mantener el equilibrio en el sistema nervioso.



La punción lumbar puede realizarse por varios motivos. El motivo más frecuente es extraer una pequeña cantidad de LCR para examinarlo y diagnosticar diversos trastornos. Se observa el aspecto (transparencia y color) del LCR y se realiza un análisis para determinar la cantidad de glóbulos rojos y blancos, proteínas, glucosa y detectar la presencia de bacterias, virus o células anormales. En pacientes que presentan una sobreproducción o una disminución en la absorción del LCR, puede extraerse el exceso de líquido.

El procedimiento de punción lumbar puede ser útil para diagnosticar diversas enfermedades y trastornos, como meningitis, algunos tipos de cáncer que afectan a la médula espinal y al cerebro, encefalitis, síndrome de Reye, mielitis, neurosífilis, síndrome de Guillain-Barré, enfermedades desmielinizantes (enfermedades que atacan la capa protectora que rodea algunas fibras nerviosas, por ejemplo, esclerosis múltiple o polineuropatía aguda desmielinizante).

Pues bien, A urgencias acudió una paciente por cefaleas, náuseas y vómitos, sospechándose que tenía una meningitis. Para confirmar este diagnóstico hubo que realizar una extracción de LCR, por lo que el médico le practicó una punción lumbar. Desde que roté por paritorio no había visto realizar una, así que me sirvió como recordatorio.

El procedimiento debe realizarse de la siguiente forma:

Œ El primer paso es explicar a la paciente en qué consiste el procedimiento, lo que va a notar y los riesgos que conlleva.

 Se le pedirá que se quite la ropa, joyas u otros objetos que puedan interferir con el procedimiento. Se le entregará una bata para que se ponga y se le recordará que vacíe la vejiga antes de comenzar el procedimiento.

Ž La paciente debe estar sentada e inclinada hacia delante, apoyándose, en este caso, en un auxiliar de enfermería, lo que va a ayudar a disminuir su ansiedad. También puede realizarse con la paciente en decúbito lateral al borde de una camilla, con el eje espinal paralelo al suelo y la espalda perpendicular al mismo, intentando mantener las rodillas flexionadas lo más cerca posible de la cara (postura fetal). La espalda debe estar algo arqueada para ampliar los espacios intervertebrales.



 La punción lumbar es un procedimiento aséptico. Por lo tanto, el médico, una vez se ha lavado y puesto los guantes estériles, pinta con solución yodada (posteriormente con clorhexidina alcohólica) tanto la cresta ilíaca, que usa como guía, como la zona aproximada de la punción realizando círculos excéntricos.

 Se localiza una recta imaginaria que una ambas crestas ilíacas, hallándose su centro L3-L4. La punción se realiza un espacio intervertebral más abajo (L4-L5). Tras la anestesia superficial de este punto, necesaria para que la punción sea menos dolorosa, se introduce el trócar con el bisel hacia arriba, paralelo al suelo y en dirección al ombligo.

El paciente debe permanecer completamente inmóvil mientras se le introduce la aguja, para lo que se le pedirá su colaboración.

Una vez consideramos que la punta está en el espacio intrarraquídeo, poco a poco el médico va retirando el fiador hasta verificar que el líquido sale correctamente. A continuación se recogen muestras LCR en los tres tubos estériles (aproximadamente 2 ml por tubo). Si el médico necesita inyectar algún medicamento en el conducto raquídeo, lo hará con la misma aguja después de la extracción del LCR.



Para finalizar la punción se introduce de nuevo el fiador en el trócar, se retiran ambos y se presiona la zona con gasas estériles unos cinco minutos. Posteriormente se limpia de nuevo con solución estéril y se deja tapado con el apósito.

La paciente permanece en decúbito supino durante al menos dos horas después de la punción y se le recomienda beber abundante líquido para rehidratarse después del procedimiento. Esto reemplaza el LCR que se extrajo durante la punción raquídea y reduce las posibilidades de que se produzca dolor de cabeza, de lo que se le advertirá, así como de la necesidad de que avise si ello ocurre o si sufre adormecimiento, sensación de hormigueo o mareos.

Se trata de un procedimiento que suele asustar bastante al paciente y, a veces, incluso al profesional. Pero sus ventajas son mayores que estos inconvenientes, por la seguridad que proporcina en el diagnóstico de las enfermedades que hemos citado.
 
BIBLIOGRAFÍA
 
DÍAZ NÁJERA, E; FERRER ARMENGOU, L. "Punción Lumbar" /en/ MOYA MIR. normas de Actuación en Urgencias. Cap. 25. 5ª edición. Madrid: Editorial Médica panamericana, 2011, p. 735-738.

 

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